Del libro de poemas "El edén de Salomé"
foto:Jorge G. del Pino
Lloraré después de muerto sin carne en los huesos,
porque siempre se llora después de la conciencia del dolor,
es decir, me veré muerto, me lloraré, quién si no para
llorarme,
pero no oiré los cantos de sirenas, el goteo espeso de las lágrimas,
no, no sabré de la espesura de un recuerdo, recuerdos los míos,
con la sangre viva, disecándose, y ni una sonrisa, nada, si
acaso
unas prisas solemnes por las flores más frescas, rosas
negras, por favor,
tallos de hinojo, manojitos de yerba, lágrimas dulces porque
ya me fui,
al cabo, ya me fui, alivio, desahogo, otra ronda, no vale la
pena sufrir tanto,
después de muerto seguiré estando porque no puedo irme sin
estar muerto,
pero al menos no seré presencia, o seré presencia que no
hable disonando,
quieto, callado, con los gastos pagos, pero quieto, callado,
los niños reirán fuerte, las madres morderán otros labios
menos sangrientos,
al fin morderán libres los labios del sexo, sin cortinas
negras, pecaminosas,
del otro lado. ¿Los hombres?, vendiendo las cosechas antes de
surcar la tierra.
Perdona, tocan a la puerta, abro y creo que santos y sabios
uniformados
me dicen que ya me fui, que me estoy yendo, que apure mi
suerte,
la última copa, el último dulce veneno de un atardecer a
solas,
que le diga adiós a todas estas cosas bellas que apenas si
pude adivinar
y cierre de una bendita vez la oscura puerta que no deja
entrar la nada blanca:
cierto: hay una luz violeta que brilla en la torre más alta:
entre las nubes:
gracias, gracias, vida eterna: volveré: más viejo: más volveré,
a saludarte:
y me ocurrirá lo de siempre: lo que nunca haré: nada:
saludarte, más:
no habrá ni una sola minúscula sonrisa apoyada en la esquina
de la esperanza:
pero abriré el bar, sacaré agua de la sed, brindaré por ti,
por tu eternidad aquí:
y desde la sombra más tenue, en la medianoche, dibujando
estrellas,
aparecerá esa suave única caricia de la muerte, hablando de
la vida,
dulcemente llorándote
(no sé escribirte cómo me discurre la vida, desértica, sin
contigo)
Quintín Alonso Méndez
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