jorge garcía

Viaje interminable (52)

    jorge garcía

no lo sabes pero estás aquí

en las enredaderas de los poemas

en los océanos de los versos.

sobre la mesa

volverás a dejarte el pañuelo de roja seda

que desnuda tu cuello,

donde las amapolas los incendios

calas adonde arriban naves de ajenos besos

lejanos rumores a los que no llego.

no lo sabes pero aquí a la sombra te guarezco

desnudez que se esconde donde la sed los silencios

inmensa caricia fueran tus manos la brisa

el fulgor calmo que me acompaña a diario

mimo la herida la ilumino con la miel de tus ojos.

sobre la mesa

apoyo las escasas fuerzas que me quedan

mis manos secas me recuerdan a aquellos pájaros

antes del otoño que venían sedientos a beber de tus labios

    jorge garcía

quintín alonso méndez

Viaje interminable (51)

   jorge garcía

Palabras tendidas como poética prosa, porque son tálamos (no se aprende en soledad, pero sí con la soledad), descubrimiento y deslumbramiento en cada partícula de voz de cada palabra escrita, aprendizaje de lo que incesante nace, desnudas como desnudas palabras sin ropajes, desnudas como voluntades, desnudas cuando llegan a tus labios y se dejan caer, plumas del ave del deseo, en la deseada desnudez que las recibe. Palabras tendidas, como la yerba y las olas acamadas, prestas al ritual del acto, a consumarse y consumirse en la hoguera de lo interminable. Palabras que se van a la poética prosa para lentamente destilarse, alimento de las raíces. Extendidas palabras como el goce, flexibles juncales entrelazándose, lentitud de la caricia abriéndose en húmeda flor, recorriéndote, siempre inacabada extensión de las palabras

Escogidas palabras del huerto de los sueños, en los edenes mágicos donde las abejas, las libélulas; los ciclos de las mareas, las espirales de los roces; los labios, los besos; las manos, los besos; la desnudez, los vuelos; los silencios, los deseos; los ojos, los besos; los labios, los besos    

quintín alonso méndez

Viaje interminable (50)

rumor de barcas de pesca con sus ondulantes esferas de luz en el invisible horizonte, madrugada rumorosa, como de lluvia fina, de suave mecerse de hojas, pero son menudas olas de espuma que ronronean en la orilla, como leves y ascendentes besos resbalándose por la piel de la arena, desnudez oculta en la oscuridad latiente. Se deslizan imágenes como tiernos tallos de yerba, pétalos en la brisa nocturna, desnudez de los sentidos, tiempos en que los recuerdos adquieren íntegros las formas de la presencia, y es un destilarse de las sensaciones que amanecen, desnudez del rumor, de lo cierto

quintín alonso méndez

Viaje interminable (49)

aletargados tiempos en que las palabras yacen dormidas, con peso en los huesos de plomo del opio, grises venidos con el frío norteño agitan los verdes musgosos, meciendo la quietud como de lejanos sueños, no abren los ojos, permanecen las palabras en el letargo de un tiempo vencido, el frío muerde, será tarde en que el verso se alce como caracol que emerge de entre la yerba subiendo a la piedra, grisada tarde donde la soledad y el vino se acompañan, tejiendo un melancólico poema (me levanto y le abro las alas a la ventana, que entren todos los cantos que no encuentran cobijo de la lluvia, que me inunden el rostro las húmedas hebras de agua, de calideces desabrigadas, y que ardan en su tenue llama las palabras dormidas que yacen al pie de la página, caen las cenizas en el adiós del atardecer, derrumbe sin consecuencias, mañana volverá a salir el sol, sea oscuridad sea el resplandor, todo es ajeno, y es más viento, más tiempo de distancias, nada que perturbe lo establecido, lo de común acuerdo acordado, la brisa del mar, tus ojos)

quintín alonso méndez

Viaje interminable (48)

cuando te asomas

no a verme sí a desnudarme

no tu voz sí tus mudas palabras venidas del aire

que como pájaros de agua salen de tus labios

me desnudan con olas de mar dulcemente inquieto

en temerosa adolescencia desnuda vienes a la intimidad del desnudo

fugaces instantes del apenas roce que remontan vuelo y se quedan

no tu desnudez de presencia sí tu virgen desnuda esencia

sí tu desnuda desnudez de cuerpo de desnuda materia

(a veces discurren ancestrales imágenes que me tienen en pie)

bosque de mariposas no de la tarde somnolienta sí de tus abejas

enjambre de redes que me obsesionan me llevan al huerto de la quimera

adonde me voy adonde la herida de la costa es más profunda más abierta

me vengo a esperarte cuando te asomas no a vernos sí a desnudarnos

tú la que nunca vienes la que siempre regresas

quintín alonso méndez

Viaje interminable (47)

desde donde escribo siento el latido de cada imagen recuerdo anhelo

gaviota o pardela pájaro o flor arena o roca océano o piedra luz o noche

lluvia o sed cada gota de miel de sangre de cada beso de cada gesto o mirada

de cada arañazo deslizándose las uñas por la piel por los ojos por las dunas del cuerpo

de cada lasciva mordedura estremeciendo los infinitos sentidos lo profundo del gemido

desde donde estoy frente a la ventana del mar percibo cada latido de cada gesto

de cada resplandor de cada herida abierta por el puñal del adiós de cada hola

que como ola se ofrece a las inmensidades de lo inesperado a la costa del beso

cada latido de cada roce liberado de las cadenas de la mente del escondrijo

escribo dejando encerrado el pensamiento en el cuarto oscuro del miedo

sin dejarle un resquicio de luz de palabra donde solo quepan las palabras que broten

espontáneas ingenuas desnudas como estrellas en la penumbra libélulas en el día

escribo sintiendo cada latido de tu esencia cada partícula de polen de tu aura

como si estuvieras aquí a mi lado y yo escribiera en tu piel en tu alma

quintín alonso méndez

    jorge garcía

    jorge garcía

considerada palabra del humedal

se desprende y vuela mariposa

de mis labios a la rosaleda de tu boca

en desnudez temblorosa de aleteos

rumorosas abejas hijas del sol

dentro de la mojada lluvia la reciben

signo de gaviota se funde derramándose

entre mis manos cayendo al papel

excitado excelso cuerpo desnudo de mujer

carnalidad de la humedecida brisa

flor se abre en versos pensando en ti

estremecida callada palabra del deseo

quintín alonso méndez

Viaje interminable (45)

me enamora el movimiento de las cosas quietas

con sus espirales de quimeras fósiles

cuando las miro y me observan

desde su quietud de espera

así me enamora tu mirada

en esa fugacidad de encuentro

embrujo de espejo

suspendida en un aire fuera del tiempo

barca y puerto anclados en una noche de serenada

que desde lejos alongado al misterio de deseo en la niebla

la intuyo en un océano inquieto

me enamora el desenamoramiento de la naturaleza conmigo

me emociona sería la expresión precisa

si fuese palabra este murmullo desde dentro

este secreto apalabrado con la muerte

me enamora ir caminando a solas

sin nadie que importune el latido del tiempo cómplice

con la detenida naturaleza de las cosas

que impasible en el propósito no deja de moverse

deshabitado también el silencio

este silencio que tanto me recuerda al mundo del que vengo

quintín alonso méndez