jueves, 29 de noviembre de 2018

Cartas de un vuelo eterno (VII)


noticias al alba
varados los silencios como peces en la orilla
por aquí antes caminaron futuros besos de agua / libres como pájaros
inocentes y descalzos se adentraron en lo amargo del destierro
hubo mariposas en los vientres en los labios / latía el mundo
hubo la luz antes de apagarse la noche de los fríos candelabros
hubo lo inexplicable de la piel brincando por las rocas del musgo
varados los silencios como peces en la orilla / los contemplo
mi cesta de los versos / vacía / anclada en un charco / luciérnagas que navegan
sube la marea se desparrama con rumores de un tiempo detenido
así quiero contigo amordazar los pensamientos / ser lo desnudo del canto
que sea la hora indeterminada del desembarco / el desalojo de los miedos
verterme en ti como se vertieron los sueños en el océano / parir el gemido


quintín alonso méndez


lunes, 26 de noviembre de 2018

Cartas de un vuelo eterno (VI)



el primer verso del poema es el lugar / el estado del lugar
los colores de su silencio y la medida de los rumores inalcanzables
luego es ese tiempo en que se detiene el camino / no el tiempo
no ese resbalarse de la materia por el paisaje / por los surcos de las palabras
van resbalando los versos / con el clima de cada instante / tropiezan / resbalan
se van desnudando / despojándose de los ropajes / y así desnudos / con lo vívido
del desparramarse de los sentidos / de los sentimientos
en el exacto lugar / del deseo / del momento / llegan a tus manos



                                                                                          quintín alonso méndez

sábado, 24 de noviembre de 2018


Cartas de un vuelo eterno (V)




busco -hurgando en lo profundo de los sentidos- la pócima / el sostén de lo cierto
que cada palabra sea flecha de piel carnosa afilada y erecta punta de lengua
húmedo su destello el brillo del temblor /  hurgo / busco las carnes del latido
el vértigo del abismo / la erguida hondura de los océanos
el néctar del edén / su estremecimiento /
imantada la palabra para que sea cuerpo para tu cuerpo


                                                                   quintín alonso méndez

miércoles, 21 de noviembre de 2018


Cartas de un vuelo eterno (IV)



Somos las ruinas de lo que íbamos a ser / el ocaso de un sol ingenuo
secas y polvorientas las piedras / brillantes como perlas negras las rocas
esa mujer joven que baja a la costa no tiene pretensiones / sabe del absurdo humano  
pretendo captar el instante / esa fuerza de luz transcendente clavada en el gesto de una ola
tengo recuerdos que dejo que me naveguen / no busco puertos a estas alturas
no busco / solamente camino con lo despacio del dolor en los huesos
sabiendo que nadie me espera y que nadie vendrá a cerrarme el paso al infierno
esa mujer joven no mira lo viejo / la entristece / mira lo profundo del paisaje inexistente
yo miro lo viejo / la herrumbre que se enciende en rojizo oro rugoso y rompe el hierro /
y miro a la  mujer joven / hace mucho tiempo yo quizás le hubiese dicho
quiero caminar contigo / tantos verbos el verbo caminar y ahora es verbo de olvidos
¿nadie entiende la dulzura de una tristeza? eso me ocurre mirando el horizonte
todo tan lejos y todo tan cercano que hace que me siente a simplemente contemplarte
así es dulce / no hay dolor en las esferas de la nada / mirarte y no verte
la mujer joven le quita los cortinajes al horizonte / la niebla es solo el salitre en mis ojos
contemplo cómo se engrandece la suave nostalgia que se embarca / viaje eterno / tan presente

quintín alonso méndez





domingo, 18 de noviembre de 2018


Cartas de un vuelo eterno (III)



La botella de vino la copa / tarde dulcemente invernal de azules y grises
de viento tímido no acostumbrado a la intimidad de la quietud silenciosa
de uvas maceradas entre robles y olas gruesas ante este cortejo marino
el tabaco forma parte del rito del poema / es el humo que desprende la nostalgia
es el hálito de lo que palpita aquí sentado mientras atardece /será noche
no podré detenerla / se hundirá en sí misma / se hará uva resbalando por la tristeza
te escribo desde lo más alto de esta bajura de océano gimiendo / lo sabes
sabes cómo se diluye lo que se va a los huesos / es calma lenta de lo que se aleja
no creo que sepa escribirte el momento de la luz con la penumbra / vela alzada
rasgando el viento / rompiendo las cadenas de lo que no estuvo y quiere irse
«te escribo» es mi forma de apoyarme en la baranda / en un testigo que me dé fuerzas
tiene el vino el sabor de la madera / la amargura de la tierra / la lágrima del sexo
en lo alto el cernícalo / ah lo quieto ingrávido / me observa / cuida los versos
me dice que la muerte no tiene importancia / es solo el reflejo de lo que no fuimos
ah si fuese cierto el voluble desorden de la brisa cuando las cosas son así y no son ciertas
ah si fuese cierto el embrujo del instante en lo quieto / como el cernícalo / y entonces
cierto si fuese cierto / quieto en lo inquieto/ el instante de estarte en el beso / eterno beso



quintín alonso méndez

viernes, 16 de noviembre de 2018


Cartas de un vuelo eterno (II)



Ahora te escribo ausente como un dios / más intenso que la nada
sol frío en un otoño que se engrandece viniendo de los derrumbes del norte
separando lento con gustoso dolor de miembros la herrumbre de los huesos
la pluma que inclina y separa las malas yerbas para que abajo donde incipiente el brote
insiste en la naturaleza del ciclo / se alce la alegoría de las palabras el júbilo del pájaro
tierno el tallo de los sentidos la ruta del árbol que tocado por la flauta de los minerales
inventa la fruta noticia de un futuro que es presente cuando lees en su piel de hambre
imposible llegar al cielo de los mundos sin haberte recorrido ah! poesía indefensa
ay! verso sensible que repta y sucumbe y reaparece con alas antes de la muerte
se planta madera se hunde raíz se crece infancia se hace carne para invadirte
ausente como un dios me deshabito / para abrirme me despojo del alma soy destierro
soy el que jamás imaginaste llegara a donde solo llegan los astros / los paréntesis /
he venido a quedarme no importa que sea en el aire en el silencio de los muertos
alguna página rota se quedará para siempre engarzada con el musgo con las pausas
con las nadas que misteriosas como murciélagos se aferran a las ramas nocturnas  
ahí estaré ya lo sabes / donde aún arden las esperanzas de seducir a la esperanza /
llámalo inútil proeza de lo inalcanzable / donde se cavan las palabras que no caben /
la dulce sensación extraña de saberte amada de cómo te arrimas desnuda a la orilla
y tú misma tenerte en las aguas / ah! penumbra cuando atardece incendio febril
así te escribo ahora / ausente como un dios / más intenso que la nada
deseándote como ya ningún dios absurdo podrá desearte ah lujuria insistente!


quintín alonso méndez




martes, 13 de noviembre de 2018

Cartas de un vuelo eterno (I)



miro los ojos largos y lentos de este destilarse la noche rompiéndose en olas
envueltas en la lluvia y el viento una brisa oscura que picotea vertiendo frío
en la piel de los huesos mis dedos buscan en el ondeante humo azul
que desprende el fuego del cigarro las arenosas dunas de tus vuelos carnales
son vuelos que el viento aúlla balanceando la lluvia errantes velas deshilachadas
llegan a mis manos las gotas perdidas me salvan de la sed no de la locura del sentir
ascienden los deseos como las horas trepando por las rugosas piedras de las horas
en busca del alba de la presencia del agua en tus ojos salvándome del naufragio


quintín alonso méndez


sábado, 10 de noviembre de 2018

El árbol seco del camino (66)

LXVI

haré en la vejez poemas largos como novelas
interminables ovillos desovillándose
o encerrándose como espirales
los haré con los materiales que me dejen las tormentas
quimera de puertos que colgarán de los acantilados
de regreso a los charcos enterrados bajo el cemento
sustituida la vía láctea por nebulosas de plástico
escribiré poemas viejos largos como novelas
lúcidos como el resplandor de un recuerdo
quizás no lleguen a plasmarse en sus dos dimensiones de pájaro
¡tan lento el vuelo de la mano!
pero tú sabrás encontrarlos enredados en la marea
verás cómo se diluye la sangre en agua
como olas te besarán como grito marino recuperando lo libertario
nuestra forma de amarnos ardiendo en hogueras dentro del mar
poemas interminables demostrando el teorema de la eternidad

quintín alonso méndez

martes, 6 de noviembre de 2018


El árbol seco del camino (65)


LXV

Bajo a la costa nocturno en mi búsqueda de ti
violines en las olas seducen tus caderas
las trenzas de las algas te cubren pero te desnudan
tienes sol de girasoles en tu cabellera encendida de mar
vuelos de caracolas cielos de sirenas en tus ojos
soy el desnudo amante de tu sed de la lluvia que llueves como clamor
soy el desnudo el que te desnuda para vestirte de miel
bajas nocturna a la costa en mi búsqueda de ti


quintín alonso méndez



viernes, 2 de noviembre de 2018


                     Foto: May Naomi
                                           El árbol seco del camino (64)
    Foto: Jorge García
                                                                            LXIV

El frío es tristeza porque trae recuerdos de parajes lejanos
de infantes sueños abrigándose en las esperanzas que colgaban
de las vigas del techo
bajo las tejas
yo estaba -era yo aunque nunca estuve- en el entierro de los futuros
yo besé -¡ah beso confuso!- la helada boca de la muerte
yo deposité el pañuelo que cerraba sus ojos para siempre
yo bajé solo la cuesta que era penosa y ascendente escalera a la nada
el frío regresa como cadáveres de soldados incrédulos por las guerras
incontables novelas me surgieron al recorrer de nuevo las calles viejas
construimos isla una ciudad piedra a piedra no duró nada
es débil la nobleza ante las inclemencias de los inviernos humanos

    Foto: Jorge García
                                                                                                                            quintín alonso méndez