viernes, 16 de noviembre de 2018


Cartas de un vuelo eterno (II)



Ahora te escribo ausente como un dios / más intenso que la nada
sol frío en un otoño que se engrandece viniendo de los derrumbes del norte
separando lento con gustoso dolor de miembros la herrumbre de los huesos
la pluma que inclina y separa las malas yerbas para que abajo donde incipiente el brote
insiste en la naturaleza del ciclo / se alce la alegoría de las palabras el júbilo del pájaro
tierno el tallo de los sentidos la ruta del árbol que tocado por la flauta de los minerales
inventa la fruta noticia de un futuro que es presente cuando lees en su piel de hambre
imposible llegar al cielo de los mundos sin haberte recorrido ah! poesía indefensa
ay! verso sensible que repta y sucumbe y reaparece con alas antes de la muerte
se planta madera se hunde raíz se crece infancia se hace carne para invadirte
ausente como un dios me deshabito / para abrirme me despojo del alma soy destierro
soy el que jamás imaginaste llegara a donde solo llegan los astros / los paréntesis /
he venido a quedarme no importa que sea en el aire en el silencio de los muertos
alguna página rota se quedará para siempre engarzada con el musgo con las pausas
con las nadas que misteriosas como murciélagos se aferran a las ramas nocturnas  
ahí estaré ya lo sabes / donde aún arden las esperanzas de seducir a la esperanza /
llámalo inútil proeza de lo inalcanzable / donde se cavan las palabras que no caben /
la dulce sensación extraña de saberte amada de cómo te arrimas desnuda a la orilla
y tú misma tenerte en las aguas / ah! penumbra cuando atardece incendio febril
así te escribo ahora / ausente como un dios / más intenso que la nada
deseándote como ya ningún dios absurdo podrá desearte ah lujuria insistente!


quintín alonso méndez




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