jueves, 28 de noviembre de 2019


Viaje interminable (6)




estrellas fugaces de agua
desprende la lluvia de la noche
espesas cortinas de lanzas celestes asaetean el aire
cristales líquidos del prístino ámbar
caen en derrumbes rumores de frutas sobre la tierra
vengo de una tarde extraña
ni siquiera melancólica
pálida tarde sin sabores
sin imágenes en el horizonte
vacía como la palabra nada
apagada nitidez de la infinita distancia ante mí
deambulo por el cortinaje que me llueve estrellas de agua
abajo hay murmullos que se desguazan en la orilla
de remotas caracolas que seducían a las sirenas

quintín alonso méndez


lunes, 25 de noviembre de 2019


Viaje interminable (5)




ahora saberte es el verso de la noche
lo escribo bajo el sol de la tarde
cuando se abre el alba en el aguacero
en el mediodía de los laureles paseando por tus ojos
en la madrugada más oscura de los tiempos
pero es noche porque el silencio a solas se oscurece
la resurrección del mundo está en tu esencia
la tristeza en los abismos de mis manos
he encontrado la partitura del verso perfecto
reside en la lluvia de tus selvas
en tus bosques de abejas
en los húmedos arenales de tus besos
¡ah veleros que parecen pájaros de blanco plumaje
surcando la luz!
así resplandeces mientras vago ciego por el mundo
en busca del mar de la llamarada
de la piel del temblor

quintín alonso méndez



jueves, 21 de noviembre de 2019


Viaje interminable (4)




sol de la media tarde néctar para los huesos
en noviembre
las ancianas abejas de mi cuerpo agradecen
la placidez dorada que ignorando la muerte
se abandona y se adormece
ante el estallido de la calma belleza
mar espejeándose en la luz que desciende
polen de las añoranzas
vereda apacible
como un caminito de la niñez verde
paseando por las tardes largas de la primavera  
de las cosas que van yéndose despacio
como para siempre quedarse
así rumor de marea baja venciéndose
de dorados rizos cayendo por la frente de noviembre
así viendo tu mirada de cuando me mirabas

quintín alonso méndez


lunes, 18 de noviembre de 2019


Viaje interminable (3)




me salgo de mí para ver el mundo desde fuera
mismo paisaje pero distinta la posición
la perspectiva
incontables eslabones aparentes en lo disperso
llevan al azar
aleteo o quietud en alguna parte
producen indeterminadas combinaciones
del devenir de las cosas
¿cuál es el propósito o el solo efecto
de olvidar a mi persona en casa
y regresar para buscarme?
dónde la prueba de lo vivido
de las otras vidas que iba a vivir
¿cuál será la brizna de yerba que me aleje
o me acerque a ti?
¿qué ígneo instante es este
que ahora está contigo?

solo la esencia de la vida surge de la suerte de la locura


quintín alonso méndez


jueves, 14 de noviembre de 2019


Viaje interminable (2)



las dos de la madrugada
hora que le robo al tiempo
para pulsarle el latido a la vida
presagiarte
hora que no encontrarás escrita en la memoria
de las cosas del mundo
solo en la sensible piel del verso
en los cráteres de la luna cuando la mires
en los labios primarios del viento
rebeldía del silencio
en las manos desnudas del deseo
mientras ciertamente te desnudan
destilándose el tiempo en miel de la hoguera

quintín alonso méndez




lunes, 11 de noviembre de 2019




Viaje interminable (1)



en qué viaje astral estuve en las lunas de tus pechos

en qué descenso hacia el júbilo resbalé por tus temblores
materialización del cuerpo del sueño
viaje sideral hacia el íntimo origen
envidio a la lluvia cuando llueve con la calma de la pereza
como un susurro lento deshaciéndose
delicadamente traspasando la piel del aire
envidio ese amor que abre y se abre mientras se despereza
felino sediento en la selva de los humedales
suavidad del ansia por encima de la tierra
entre las aguas y lo inalcanzable
dentro debajo encima de la sinuosa línea de la tierra
adonde no llega lo humano
solo el acto del deseo realizándose


quintín alonso méndez




jueves, 7 de noviembre de 2019


Música de mar (50)




Envejecemos juntos,
con una amistad en la que no nos reconocemos,
los recuerdos y yo.
Cuando atardece,
nos sentamos en la terraza de casa
a ver pasar las gaviotas
de regreso a los acantilados negros,
proa mirando hacia el este,
quizás hacia donde
para alguien
sea el amanecer.
Se desgranan en imágenes, fugaces olas,
en rumores incesantes,
las alas del tiempo otoñal.
Como las gaviotas, los sueños
pasan y se desvanecen.
Se nos apaga la luz con falso paso de lo lento,
nos estamos haciendo viejos -nos decimos, sonriendo,
recuerdos y yo, sosteniéndonos en el bastón
de la tarde herrumbrosa-; mientras,
el silencio,
poco a poco,
serpientes por las caderas,
se viste de noche:
con ojos de lechuza,
con el cuerpo vencido de los deseos
las palabras desnudas, desnudo el beso,
el latido que te llama incesante;
hojas doradas en el árbol viejo.
Sin mirarnos, recogemos nuestras cosas,
ateridos vacíos desmenuzándose
en plena desazón de lo que calla
-estallidos en lo oscuro de la roca, mordidas del agua-
y nos vamos dentro, a lo más adentro,
a lo inconmensurable,
adonde la soledad de casa
ya nos echaba de menos




quintín alonso méndez

domingo, 3 de noviembre de 2019


Música de mar (49)




¿fue una flor
la arracimada penuria de un recuerdo
el brote cayendo gota de agua
de una lágrima?
fue una flor la astilla líquida
que saltó del ojo
murió en el aire
nunca la tierra supo de su existencia
de su vuelo inútil
hiriendo al pájaro

quintín alonso méndez