sábado, 31 de diciembre de 2016

La piel del verso


Nada más
solo la curvatura de un pensamiento en la ola


Nada más que abrir la página de la escritura
para saludarte/ para entonces
decirte ahora /que nadie sabe que me lees/
que la escritura es esa innecesaria imprescindible necesidad
de creerme que me lees/ de que estoy de esa manera
así tan carnosamente real todo lo que no está



Quintín Alonso Méndez

viernes, 30 de diciembre de 2016


La piel del verso

¿Por qué no me viene ese verso estratégico que quiero poner en tus bocas?
¿por qué no surgen las palabras que en lo más adentro me consumen
en la hoguera del deseo
y que entrelazadas en trenzas de algas ansío posar en tu sexo?
¿por qué se hacen invisibles inmateriales y no relucen y toman la forma de la seda
que rocen la desnudez rotunda de tu cuerpo y te seduzcan?
¿por qué no encuentro lo que los dioses llaman el néctar del destino
para con él untar cada palabra cada silencio que te envío?
Cada palabra con su silencio encadenado a la condena de la distancia
cada silencio con su palabra huérfana aislada rota hundida en la piel del verso

Muevo el árbol de los vientos
que caigan todas las frutas en tus labios voladores
Agito las sombras de la noche /que parpadeen sobre tus párpados
las gotas de luz que desprenden las estrellas
Sostengo en la mano la vestidura de una costa
con perfiles de nostalgias surcando las olas de tus trémulas caderas

¿por qué no me viene el verso /ese verso que ha de atarte a la eternidad del universo?

Quintín Alonso Méndez





miércoles, 28 de diciembre de 2016




Te espero

Quintín Alonso Méndez

La piel del verso



Siento que me acerco a la poesía
igual que un mirlo al presentimiento

la perpetuidad del inexistente pájaro blanco
en la nada de la página



Quintín Alonso Méndez



sábado, 24 de diciembre de 2016

La piel del verso

Escribo a estas horas en que la noche no me pertenece
no importa por dónde navegue mi mente
qué siente mi mano posada en donde la brisa más calla
tampoco importa la invasión de los recuerdos
invadiendo y conquistando la piel frágil
de un horizonte que se aleja
escribo a estas horas en que no pertenezco a la noche
a ningún presente
dejo que los silencios vuelen como libélulas
que la marea vaya midiendo el tiempo
le marqueca el agónico ritmo al rito del desguace
dejo que mis ojos ciegos naveguen sin memoria
pero mi mano posada en donde la brisa más calla
no deja de buscar tu mano más ausente


Quintín Alonso Méndez

viernes, 23 de diciembre de 2016

La piel del verso

Estás aquí entre los violines y los acordeones  que la marea
hace sonar con sus menudos gestos de menudas olas negras
entre las letras no escritas pero sangrantes y desangrándose
así siendo sin estar ¡ay! golondrinas o acaso libélulas al atardecer
como es destino que sea /¡y hay suspiros de flautas que desgarran la piel del agua!/
¡la gloriosa injusticia de lo justo! ¡el glorioso y justo grito injusto!
Esta noche he hecho prender el mundo ¡que arda y se consuma!
me desintegro desaparezco en cada amanecer
es este mismo instante
despeñado
instante
¡cuando tú despiertas y descorres las cortinas del hoy
para que el día te abrace!
en esos mismos momentos /como si fueran flores de tu pubis/
yo le rozo con mis más dulces deseos
el polen a los pétalos de la serenada
y te nombro en voz alta te nombro
mágica te reflejas en lo invisible
parece entonces que el cielo se abre
o se abre la tumba

Quintín Alonso Méndez

miércoles, 21 de diciembre de 2016

La piel del verso


Invierno
cuando el sol duerme
en lo más solemne de su recogimiento
débiles sus fuerzas que apenas traspasan
las altas y grises frondas de las brumas
y donde aquí abajo la humedad es del verde de las sombras/
los sueños tardarán en acostumbrarse al abrigo del frío
pero en alguna parte bailarán risas en la lumbre de una chimenea
invierno que viene por el camino solitario del otoño
y enfermizo en su euforia se adentrará en la espesura de la niebla
lobezno invierno
con ojos tiernos
/¿los ves nubladamente tristes?/
de animal a la intemperie
un instintivo gesto del agua en la ventisca /se hace nieve/
la mar de leva
tiempo de naufragios
una mujer sentada en el ancla del muelle/
mirando lo que no existe/ el hombre viejo la mira
desde más allá de los recuerdos
Quintín Alonso Méndez





domingo, 18 de diciembre de 2016

La piel del verso

Cruza la plaza el canto de un silencio
es más olvido que sombra el ramaje de los árboles
las palabras se esconden en el salitre de la brisa
vestida de algas que trae mar
lleva trenzas incendiarias que incendian la luz
flores azules en los ojos de la muchacha
un paisaje que se abre en alas de mariposa
cruza la plaza el canto de un silencio
y no se detiene
lleva rotas las palabras
vestida de harapos
lluvia que aparece de pronto
con el viento gris de las soledades
frío como el abandono
pensarte lleva racimos de niebla en las manos
que cuelgan vacías
las olas desgarran los débiles sueños
solitaria la plaza
por donde pasa el canto de un silencio
atravesando el viento y el aguacero
Quintín Alonso Méndez




miércoles, 14 de diciembre de 2016

La piel del verso

Cada vez que veo acercarse la belleza del amanecer
es dolor
porque la soledad se va por rumbos que navegaron
y que son ahora astillas dulces que hieren de naufragios
amanece así
alas impalpables que se despliegan
es un deshoje de grises azules azulándose
verdeándose
naranjas y violetas encarnándose
enrojeciendo
la luz es una flor de todas las flores
deshojándose en la piel del aire
libertario sedoso ajeno el aire
cae el polen en verdeados azules óleos sobre las aguas
menudas olas negras vertiéndose en la orilla
sus rumores con olor de ti entran en la casa
se tienden en la vieja sed del verso
es dolor
silencioso y lánguido dolor
cada vez que atardece
y el amanecer se hunde en la oscuridad de la noche
Quintín Alonso Méndez



viernes, 9 de diciembre de 2016



La memoria no necesita recordar
¿qué le ocurre entonces al verso que discurre por un recuerdo?
¿tan débil se siente la memoria cuando es una marea de olas negras?
¿tan débil como para desgajarse en interminables pérdidas?
¿es el verso recibido por la más lejana desmemoria
por esos abismos por los que deambula la tristeza?
¿tanto puede doler un silencio a la luz de una vela?
¿importa que sea un nueve de diciembre?

Los recuerdos no necesitan de la memoria

Quintín Alonso Méndez

jueves, 8 de diciembre de 2016

                 Fotografía: Jorge García del Pino
La piel del verso

Inventé el amor y lo invento
para darle sentido a lo que duele
en cada punzada del dolor lo invento
como la sed inventa el paisaje del agua
el verso la piel del aire
para que cuando el dolor no duela
entonces irme al bosque de las hadas
y saber entonces saberme y saberte
nada más verle el gesto de alas grises a esa mirada
al curvo artificio de las ramas
que camina con alas y mueve sus manos estremeciendo la yerba
del más verde tallo del aire
de la más tierna pero ahondada distancia
saberme entonces que el dolor vuelve
con la inédita insistencia del regreso
ese mismo dolor que no quiere irse aunque se fuera
la vida tiene grietas donde habitan los recuerdos
rozo la corteza de los árboles y le pongo ciudades a los olvidos
le fabrico una catedral de siglos
al más antiguo origen que escarba inclemente
pongo las flores de tus veredas
hablo con la misma paloma con la que hablaba de niño
entonces ya sabes lo que hago
lo sabes de antes del nunca innegociable
me alejo despacio
después de decirte que he venido y que has venido
a que te diga que te quiero
cuida de esas flores de ese musgo más íntimo
que en lo más abajo del árbol
en lo más abajo verdeando la humedad
te dicen que alguna vez yo quise estar
desperdigado por tus cielos
como el polen de las mariposas que se enamoran
y se quedan como piel
de la piel de las rosas
desvanecida carne de los silencios
quizás mañana nos encontremos en el mismo puente
con barandas de lo que no se recuerda
no te diré nada
tampoco buscaré el motivo de la muerte en tus ojos
pero los dos estaremos mirando cómo se aleja la tarde
buscando la noche que discurre por la atarjea de los adioses
a ambos lados del puente
la niebla nos espera
pero no te olvides no te olvides
de cuidar las flores de tus veredas
que erguidas vivan satisfechas
cuando estén muertas
tráelas al cementerio de mis palabras
en el lecho eterno del amor las espero


Quintín Alonso Méndez 



sábado, 3 de diciembre de 2016

La piel del verso

Ha cambiado el tiempo
se advierte la humedad en los huesos
el frío tienes gestos de cálidos temblores
porque el sueño se desvela
y enternece la mirada dulce
húmeda
es el asomo del dolor
el regreso de la oscuridad
en el vértigo del silencio
del oleaje
brilla tu nombre
me desgarra
es el tiempo de amarte

Quintín Alonso Méndez