viernes, 23 de diciembre de 2016

La piel del verso

Estás aquí entre los violines y los acordeones  que la marea
hace sonar con sus menudos gestos de menudas olas negras
entre las letras no escritas pero sangrantes y desangrándose
así siendo sin estar ¡ay! golondrinas o acaso libélulas al atardecer
como es destino que sea /¡y hay suspiros de flautas que desgarran la piel del agua!/
¡la gloriosa injusticia de lo justo! ¡el glorioso y justo grito injusto!
Esta noche he hecho prender el mundo ¡que arda y se consuma!
me desintegro desaparezco en cada amanecer
es este mismo instante
despeñado
instante
¡cuando tú despiertas y descorres las cortinas del hoy
para que el día te abrace!
en esos mismos momentos /como si fueran flores de tu pubis/
yo le rozo con mis más dulces deseos
el polen a los pétalos de la serenada
y te nombro en voz alta te nombro
mágica te reflejas en lo invisible
parece entonces que el cielo se abre
o se abre la tumba

Quintín Alonso Méndez

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