jueves, 7 de mayo de 2020


Viaje interminable (47)




desde donde escribo siento el latido de cada imagen recuerdo anhelo
gaviota o pardela pájaro o flor arena o roca océano o piedra luz o noche
lluvia o sed cada gota de miel de sangre de cada beso de cada gesto o mirada
de cada arañazo deslizándose las uñas por la piel por los ojos por las dunas del cuerpo
de cada lasciva mordedura estremeciendo los infinitos sentidos lo profundo del gemido
desde donde estoy frente a la ventana del mar percibo cada latido de cada gesto
de cada resplandor de cada herida abierta por el puñal del adiós de cada hola
que como ola se ofrece a las inmensidades de lo inesperado a la costa del beso
cada latido de cada roce liberado de las cadenas de la mente del escondrijo
escribo dejando encerrado el pensamiento en el cuarto oscuro del miedo
sin dejarle un resquicio de luz de palabra donde solo quepan las palabras que broten
espontáneas ingenuas desnudas como estrellas en la penumbra libélulas en el día
escribo sintiendo cada latido de tu esencia cada partícula de polen de tu aura
como si estuvieras aquí a mi lado y yo escribiera en tu piel en tu alma



quintín alonso méndez



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