martes, 29 de octubre de 2013


                                                               Foto: Jorge García del Pino


Encimaré el verso sobre la vida, lo abrazarás a tu pecho
y lo llevarás a tus labios, ahí reviviré, volveré a nacer,
será una lágrima de más vida, nunca triste la lágrima.
 Cuidaré de que cada gota del verso sea de miel,
o esa agua de lluvia que tanto te gusta te resbale por el rostro,
cubra de perlas tu pelo negro, hebras de algas oscuras
extendidas en la almohada. Cada verso será una gota de mi sangre.
Lo cubriré de invisible seda para tus manos de flores blancas
después de pulirlo bajo los gajos de plata azul de la luna solitaria,
llegará a ti rodeado de libélulas, de pájaros, de mañanas libres,
con él irá mi más callado silencio, palabras que sólo tú sabrás leer.
Encimaré el verso sobre la vida, te lo prometo,
y cuando te llegue, quizás ya cansado, viejo,
no importa que lo olvides en algún banco de alguna plaza, bajo un árbol,
él sabrá aletear, encimarse sobre sus propias fuerzas,
y escribir tu nombre en la noche, destacando de las demás estrellas




                                                             Foto: May Naomi


                                                        Quintín Alonso Méndez












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