Foto: Jorge García del Pino
Encimaré el verso sobre la vida, lo
abrazarás a tu pecho
y lo llevarás a tus labios, ahí
reviviré, volveré a nacer,
será una lágrima de más vida, nunca
triste la lágrima.
Cuidaré de que cada gota del verso sea de miel,
o esa agua de lluvia que tanto te
gusta te resbale por el rostro,
cubra de perlas tu pelo negro, hebras
de algas oscuras
extendidas en la almohada. Cada verso
será una gota de mi sangre.
Lo cubriré de invisible seda para tus
manos de flores blancas
después de pulirlo bajo los gajos de plata
azul de la luna solitaria,
llegará a ti rodeado de libélulas, de
pájaros, de mañanas libres,
con él irá mi más callado silencio,
palabras que sólo tú sabrás leer.
Encimaré el verso sobre la vida, te
lo prometo,
y cuando te llegue, quizás ya
cansado, viejo,
no importa que lo olvides en algún
banco de alguna plaza, bajo un árbol,
él sabrá aletear, encimarse sobre sus
propias fuerzas,
y escribir tu nombre en la noche,
destacando de las demás estrellas
Foto: May Naomi
Quintín Alonso Méndez
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