Del libro de poemas "El edén de Salomé"
Tengo nostalgia de cuando no sabía lo
que era el amor
de cuando era el abismo de la nada,
ahora es el abismo del todo
el derrumbe del planeta que sostenía
mis sueños de soñador.
Alzo la voz y elevo la mirada para
que te alces y te eleves
le rompas al mundo los dientes de la
mentira, la cara falsa del miedo
y a mí me llegue el júbilo de la mano
compañera que te acompañe.
Le digo al silencio que se calle sus
lágrimas, que entre en casa
y deje de escarbar por donde la vida
teje su destino de seda,
las nuevas constelaciones de la vida
que baja a conocerte y saberte.
No es gran cosa, pero he de acabarte
el libro, quizás un día te llegue,
que quiero sea de luz, pero ya sabes,
no ilumino ni un átomo de sol
aún así, es lo que me sale del
desgarro, del canto que se me quiebra.
Tengo nostalgia de cuando no sabía lo
que era el amor
y sólo pedirte una simple cosa: cuida
de mi sonrisa,
que tú has traído y se ha ido contigo
Quintín Alonso Méndez
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