jueves, 3 de octubre de 2013






                   Del libro de Poemas "El edén de Salomé"

Recojo esos pedazos de luna que las noches sin ti dejan caer desde lo alto,
los deposito en el agua que la serenada extrae de las uvas de las lágrimas,
para cuando vuelvas, entonces la luna resbalando hasta la fruta de tu boca,
deshaciéndose en gajos vestidos de flores blancas, picoteando lluvias, sonrisas,
murmullos que ahora son lejanos roces del aire en la palidez de la callada brisa.
Recojo las palabras que quedaron a la deriva, indefensas y desangeladas
ante los temporales del silencio, las acompaño en sus escalofríos de abandono,
para cuando vuelvas, entonces aletearán aunque silenciosas, tímidas en su rincón,
sólo quietas, mirándote, ansiosas por oírte la voz que rompe las tristezas

y hace que las mariposas y las libélulas hagan primaveras de cada instante contigo



                                                             Quintín Alonso Méndez





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