De "El edén de Salomé", poemario
Es domingo porque lo dice el viento
frío que sale a la calle,
fue sábado nocturno y aún nadie le
asoma el rostro, encallado,
a esa gris claridad envuelta en
espesos paños grises mojados de lluvia.
Es domingo para que la pereza sea
triste, arropada en la cama,
los pensamientos se quedan ahí
desmadejados, como lejanos,
metidos en la almohada, pero rumban
por el cuello, por los labios.
Es domingo y aquí se sabe porque los
pájaros tienen el día libre,
y aún no quiero saber que mañana
tampoco vendrán, partieron,
aquí las libertades mienten, son
jaulas que van minando los sueños.
Es domingo, es cuando la voz canta y
las campanas brillan su mejor música,
el frío trae recuerdo y trae promesas
de niñeces, de un mediodía de plaza,
de un encuentro que anima la mirada,
esconde un poco más los silencios.
Es domingo, era cuando la ternura salía
a la calle a buscarte, a feliz verte
riendo con los niños, entrelazando la
sonrisa con tus manos de flores blancas,
yo me sentaba a mirarte, aunque nunca
estabas y nunca regresaste
Quintín Alonso Méndez
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