domingo, 27 de octubre de 2013



           De "El edén de Salomé", poemario

Es domingo porque lo dice el viento frío que sale a la calle,
fue sábado nocturno y aún nadie le asoma el rostro, encallado,
a esa gris claridad envuelta en espesos paños grises mojados de lluvia.
Es domingo para que la pereza sea triste, arropada  en la cama,
los pensamientos se quedan ahí desmadejados, como lejanos,
metidos en la almohada, pero rumban por el cuello, por los labios.
Es domingo y aquí se sabe porque los pájaros tienen el día libre,
y aún no quiero saber que mañana tampoco vendrán, partieron,
aquí las libertades mienten, son jaulas que van minando los sueños.
Es domingo, es cuando la voz canta y las campanas brillan su mejor música,
el frío trae recuerdo y trae promesas de niñeces, de un mediodía de plaza,
de un encuentro que anima la mirada, esconde un poco más los silencios.
Es domingo, era cuando la ternura salía a la calle a buscarte, a feliz verte
riendo con los niños, entrelazando la sonrisa con tus manos de flores blancas,
yo me sentaba a mirarte, aunque nunca estabas y nunca regresaste




                                                            Quintín Alonso Méndez 


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