El poema de los días
Es un día más de los incontables días
sin sabores
de esos días con los que no se puede
tratar ni siquiera la hora del paseo,
un día que no le permite a la soledad
tener un solo recuerdo
ni que te asomes a la ventana cerrada
a ver pasar su propio cadáver.
Es un día más, como tantos otros,
puedes borrarlo, eliminarlo,
y el mundo seguirá girando con el
mismo peso de a diario
porque días que aquí sobran, en otra
parte sabrán a cortos, a poco,
que vuelen, que partan, a donde son
requeridos para ensanchar la fiesta.
Es un día más de los intratables días
que no te hablan, no te dicen nada,
ni una voz que se alongue al saludo, aunque
indiferente o fría o seca,
las voces para los días vivos, para quienes
les corresponda vivirlos,
desde alguna parte tiran de la sirga que
se lleva la barca lejos.
Es un día más de los absurdos e innecesarios
que me quedan,
con el viento y la lluvia de la mano,
entrelazados, escribiéndole a la muerte,
que no se demore, que venga, escribiendo
vacíos por donde caigo y me hundo,
la gata salta a mis piernas, me mira,
me maúlla, nos arañamos el alma,
me dice que está conmigo también en
las lágrimas
Quintín Alonso Méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario