viernes, 10 de enero de 2014




El tiempo del poema


El tiempo es pasado y nos empuja al abismo
El futuro no es más que ese negro lodazal
En que nos vamos adentrando
La mano del tiempo empuja por la espalda,
que se encorva y aprieta los huesos,
los astilla haciéndolos gemir de dolor,
los deshace en el polvo del tiempo
Sólo queda mirar este reflejo de luz
esta infinita espiga de oro líquido
de lava que me recorre
este tiempo que se me deshoja entre los dedos
sólo queda mirar este reflejo de luz
ese arco que dibuja la flecha
escribir un testamento en cada verso
verte aquí palparte aquí, ¡oh, luz!
hincar el amor en las entrañas
y adentrarme en el lodazal
sabiendo que la vida has sido y eres tú

                                                                 Foto: Jorge García


                                                  Quintín Alonso Méndez



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