lunes, 27 de enero de 2014



Una tarde gris


Hoy te escribo desde la pendiente de una tarde gris
después de una mañana hundido en pasillos de hospitales,
en realidad, ha salido el sol, está posado suave en la piel
como una dulce mentira, por eso más gris el reflejo
de la sombra con la sombra, más gris el aire
que se mete entre las piedras, le lame el azúcar a la sal
y le sacude las alas a las soledades de los cuentos,
a las lágrimas escondidas de las hadas melancólicas,
la sombra y el sol juegan sus cartas, el frío de la sed y la sed,
la sed y el frío de la sed, alternándose,
así son los pasos subiendo la cuesta de la tarde,
más gris viene abrazado al silencio, más gris
a las comisuras de los labios del dolor,
más gris abrazado
a esa distancia que no se sabe por dónde anda,
más gris la tarde según se asciende, entre la neblina,
diluyéndose el verde, diluyéndose en vapor de agua
mis últimas memorias últimas, las que ya no recuerdo,
las cenizas de las hogueras que me extinguirán,
en las que ardo para arderme, desalojarme, irme,
detrás de la pendiente estará el abismo de la noche,
y apenas el alba se insinúe, débilmente grisácea,
me pondré  a escribirte desde la pendiente de un día gris






Foto: Jorge García

Quintín Alonso Méndez

1 comentario:

  1. Con ansias de leerte y deseándote mas sol y menos distancias

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