Foto: Jorge García del Pino
Del libro de poemas "El edén de Salomé"
Tiene prisas el otoño por meterse en
el invierno,
y este poema será leído ya agonizando
el año,
habrá nieve en las calles, luces de
colores en los árboles,
risas nuevas emergiendo de la
tristeza que se seca, languideciendo,
una mano transparente, enguantada,
se acercará a la otra mano que desnuda
tiene frío,
la mala suerte ya se pierde en el
olvido, se va errante
más allá de las llanuras nevadas, del
último mar más lejano,
será leído este poema con la luz
pálida, plomiza, de la tarde,
no tiene alas, se caerá detrás de la
página humedecida,
hasta sus sentimientos sabrán a
tronco hueco de árbol,
a flecha de palo atravesando el agua,
a tierra polvorienta,
estéril, ni una pincelada violácea
rasgando el aire ciego,
será leído y no sabré de esas manos
que rozarán las letras,
letras que ahora aquí me tiemblan mientras
son escritas
con cuidado depositadas en la tela
del papel, letras que me tiemblan
y que quisieran abrazarse al edén de
la Vida
Foto: Jorge García del Pino
Quintín Alonso Méndez
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