Ella
Ella lleva al silencio como aureola
cuando camina, pero ese silencio lleva palabras prendidas que llaman a
batallas, a cruces de palabras que no necesitan ser pronunciadas, a las miradas
que buscan por las calles un recuerdo descarrilado o un después cálido,
sentados a la tibieza de una mesa y un café, subiendo una escalera con roces de
manos que huyen del frío, envueltos en una canción que susurra tristezas por
las paredes de las soledades, un recuerdo o un deseado después que sea recuerdo
tarde, lo más tarde que pueda ser el sonido hueco, dejando el vacío, de una
puerta al cerrarse, aunque duela y maltrate como sólo puede hacerlo un deseo
con alas, por donde las sábanas llevaban en su piel azúcar de labios y que ahí
respiran, quietas en la espera. Ella lleva al silencio como aureola cuando
camina, lo pasea por las aceras, y ninguna mirada alcanza a verle dentro de los
ojos esas heridas que el silencio cuida y protege, lleva al silencio en sus
manos, en la delgadez de sus dedos, y cuando parte se lleva los mismos
silencios y otra herida que nadie verá cuando la miren con la mirada del deseo.
Ella habla y entonces sus labios son dos alas que no vuelan, que están posadas
en la atalaya desde la que se vislumbran los horizontes que se fueron y los
horizontes que no están, que no vinieron. Sólo viene lo que está, dice la brisa
que le aletea en los labios.
Ella lleva al silencio como aureola
cuando se desnuda, pero ese silencio lleva palabras que ardieron y que arden en
paisajes que sólo el silencio sabe. Ella es risa y es esa tarde que viene y se
va con el atardecer, donde las lágrimas es la orilla que se extiende alargada y
que recorro a diario mientras cae la noche, con el único deseo de borrarlas y
se conviertan en el agua de las mareas de la vida feliz que la espera.
Ella se lleva el silencio y lo posa en
las ventanas de su vida nueva, mientras aquí la noche me cierra los ojos y en un
sueño veré una vereda abriéndose violácea sobre las aguas por donde una niña y una
mujer se alejan cogidas de la mano
Foto: Jorge García
Quintín Alonso Méndez
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