jueves, 13 de febrero de 2014



La luna


Era la luna fría trayendo la serenada,
dejándola caer sobre nosotros para que buscáramos el abrigo
de nuestros cuerpos desnudándose al calor de los deseos,
era la luna fría entrando por la ventana, con racimos de estrellas en los labios,
fugacidades azules de hogueras de agua, que ardían abriéndose en los ojos,
era la luna desnudando las brasas de nuestro amor, luna bruja de abril que nos trajo
palabras tibias que temblaban entre nuestros dedos como pétalos en busca de cobijo,
era la pared rugosa de la noche que selló en tu piel la cicatriz de la eternidad,
era la luna desbaratando las sábanas que tiritaban como alas aprendiendo a volar,
era la luna fría volcando la marea desde los altos acantilados de nuestros besos
desparramándose gimiente por las playas de nuestros vientres, arena líquida
que nos incendió en su lava de olas estallando oscuras en el vértigo del placer,
era la luna fría cayéndose en el mar,
llevándose el abrigo que nos denudó




                                                      Quintín Alonso Méndez


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