miércoles, 12 de febrero de 2014



La canción

No cantes mi canción, no la cantes,
déjala que vuele solitaria, que se pudra en sus soledades,
déjala sola sola sola,
no intentes desarmarla ni buscarle las cosquillas a sus alas, nació así,
así creció, al otro lado de las fincas de los tarajales, entre charcos,
mi canción no tiene más que colecciones de revoluciones cercenadas,
infinitas infancias reventadas por el hambre, infinitas distancias,
infinitas muertes de vidas recién nacidas, infinitas hambres de justicias,
no cantes mi canción, súbete al escenario donde hacen el amor y cantan
los intelectuales, los músicos, los actores, los que saben vivir normales,
sin mirar alrededor, hermosas almas que dejan las cosas como están,
¡hermosa vida es la vida cómoda, que se manifiesta y se esconde!,
no cantes mi canción, no la cantes, busca la felicidad, olvídate de los pobres,
las gestas son individuales, los sueños son para los perdedores,
no cantes mi canción, déjala romperse entre la espesura de la nubes,
en las mismas huellas que no son más que soplos de brisas marinas,
pisadas que nadie vio pisar, no cantes mi canción, déjala morirse,
irse al olvido, alzarse como suspiro de sirena abandonada en la ciudad,
déjala que se aleje, no la cantes, no la invoques para nada, no te oye,
no oye nada que vaya más allá de las tristezas que roen el mundo,
no cantes mi canción, no la cantes, cántate, canta tu canción, invócate tú,
invoca a los creyentes que imbéciles necesitan creer para ser creyentes,
¡ah, así, la adulación, la ofrenda en el altar!, ¡ser risa y matar a los tristes!,
no la cantes, no cantes mi canción, herida porque nació herida, no muerta,
vencida porque la vida necesita de la sangre de los vencidos, ¡ah, mi canción!,
no la cantes, amor, no rompas la palabra amor, no la despeñes, déjala,
ella sola sabrá hundirse o elevarse, pero sola, no la toques, no la cantes,
no desperdicies los verbos, las salivas que no ven las sangres desparramarse,
¡pero sí, decir lo que se siente, nunca hacer lo que se quiere!,
¡se vive tan bien así, entre músicos, mercenarios, sacerdotes, intelectuales!,
no la cantes, amor, mi canción no la cantes, fornica con los sabedores,
mientras yo me muero compartiendo la vida con la vida que se muere,
preparando, lo dice la mirada que brilla mortecina, preparando siempre
la revolución pendiente,
¡álzate, cántate!,
pero no cantes mi canción,
sería la muerte
 



  
                                                       Quintín Alonso Méndez       

1 comentario:

  1. profundas letras que desnudas el alma!! en ellas sentimientos hermosas letras!!!! y la fotos !!!! espectaculares !!! un abrazo desde mi brillo del mar , con cariño Bea

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