lunes, 3 de noviembre de 2014




De «Últimas notas»

Será en la madrugada

Cuando la madrugada empieza a caminar
la inhóspita noche oscura,
pisando silenciosa y descalza sobre las sábanas negras,
me despierto, me despiertan las campanas de las tinieblas,
me levanto, me levantan los férreos brazos del vacío,
me asomo al profundo murmullo de la oscuridad,
me apoyo en el borde del abismo insondable,
alongado al promisorio empujón dulce de la madrugada última,
y dejo que el tiempo haga su trabajo lento
de alimaña que horada y escarba en la carne,
dejo que me invadan las orugas del exterminio.
Raramente regreso al lecho a querer seguir soñando,
muerden las milenarias soledades de la almohada,
pero cuando lo hago, después de la agónica travesía
por las arenas movedizas de las sábanas negras,
son las pesadillas las que me atrapan en sus brazos,
me hunden, me engullen, me obligan a los ojos abiertos
y me llevan a la estremecedora y luminosa visión
de la última madrugada, entonces me despierto,
me levanto, me alongo al promisorio y dulce empujón
de la madrugada última  


                                               Quintín Alonso Méndez

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