lunes, 10 de noviembre de 2014




De  «Últimas notas»

Compañero

Compañero, no te conozco,
nunca seremos siquiera sabedores el uno del otro,
no sé la causa del atrevimiento
si decisivo has intervenido en el hundimiento,
de esa manera o de aquella otra,
ha de ser porque hemos visto el vuelo del mismo sueño,
porque antes que yo
y después que yo
besaste lo que besé.
Aunque haya distancias entre ella y tú,
no dejará de haber cíclicos y circulares
acercamientos, cómplices redondeces,
palabras y manos atadas libres,
compartiendo senderos y tiempos.
Sé del remedio infalible que borra las huellas,
y creo que tú también lo sabes:
acompañar y no nombrar
lo que no tiene nombre.
Fui isla que se hundió.
Estarás con ella estando y no estando.
No estaré y los endebles estambres del silencio
dirán que tampoco estuve. Sabrás acompañarla,
estar a su lado cuando corresponda estar.
No supe, fui isla que se hundió.
Serás artífice y logrador del olvido,
compañero,
aunque no te conozca
y nunca seamos sabedores el uno del otro 


                                                Quintín Alonso Méndez

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