martes, 28 de octubre de 2014




De «Últimas notas»

 Un día cualquiera

Cimbrean las cañas de tus caderas cimbrean la luz,
como las trenzas aquellas del sol
que se dejaban caer sobre la desnuda tarde
cimbreaban los instantes que tenían alas
y ya eran vuelo antes del gesto,
antes de la caída del sol detrás del mundo.
se cimbrean en el dolorido espacio de la ausencia
como se cimbran los cadáveres más débiles
venidos de las derrotas que el insomnio ya venía avisando,
espacio etéreo habitado por ruinas de pájaros y árboles
cenizas que se elevan desde un suelo ingrato, esquivo.
a nadie se le niega una tristeza,
grita el manto negro de la infinita noche.
la pérdida es el mástil más alto,
bajo el agua es el cementerio
de las sonrisas que no nacieron


                                                
                                            Quintín Alonso Méndez


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