viernes, 3 de octubre de 2014





De «Últimas notas»

Hasta siempre


En el cementerio de mi vida –vamos a llamarla así, a esta correría desmesurada
del tiempo a ninguna parte-, se me amontonan los muertos.

Acaba de irse un gran hombre.
Él fue quien trajo a casa mi primer grito desnudo,
«ha muerto», dijo su voz rota. Ha llovido y siempre estuvo.
Sin decir nada siempre estuvo. Me contó historias.
Me acercó lo que no tuve, hizo que me volvieran recuerdos
y supiera amamantarlos y guarecerlos.
Siempre el humor ojos afuera.
Me enseñó que las penas se tragan a solas.
La vida está llena de escasos momentos
dulcemente asombrosos 
y de innumerables momentos de dolor.
En ambos casos sobran las palabras.
Acaba de irse un gran hombre

            Quintín Alonso Méndez         

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