martes, 14 de octubre de 2014



De «Últimas notas»

Mentiras ciertas

En la prosa de los labios de esa mujer
desde la distancia he visto desmenuzarse
los temblores simples del tiempo,
con sus pañuelos y dedos de gaviota
he visto cómo de un suspiro destila
gotas de lluvia de medianoche,
de esos hilos verticales, frágiles,
creí sentir a la luna tejer versos.  
Para dejar de ser la molesta vorágine
insistente
me he venido al rincón de la ausencia
desde aquí no saldrán más que voladoras
cenizas
que no irán lejos, enredadas en las zarzas.
En esos labios de mujer leí el verbo de la muerte
pintado de sangre.
No, no era el incendio del sol,
era la hoguera inmensa de la noche
atando el silencio al adiós


                                              Quintín Alonso Méndez

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