lunes, 14 de agosto de 2017

Canto Último

Canto LXXXVII

Me lo pienso sin pensarlo escribo para encontrarte deja que sea interminable la búsqueda que sea el instante de lo eterno si estuvieras aquí te pediría que oigamos juntos el leve gemido del roce el roce del leve pajaril gemido no vivo el presente vivo la memoria mis dos memorias las que se me borran en la mente y las que llegarán mansas y cansinas desparramándose por la costa como los paisajes que pasan sin detenerse en el presente estaba cuando escribí estos renglones discapacitados sin miembros sin átomos en la célula ahora lees y yo no estoy ya me he ido soy el dios de lo absoluto me voy sin haber venido ni haber estado porque estar es un aposento sin dimensiones ¡y qué estar más triste cuando el estar es venir a decir dejaré de estar! contando los tiempos gastados los tiempos que tardan en gastarse y sí hace un viento de territorios lejanos siempre viene aunque los astros equivoquen las fechas sorprende siempre igual que sorprende cuando el viento se va de pronto y te deja entre las manos la única realidad real de este mundo la ausencia lo inútil de todo ¿dónde estará lo que no existe? ¡Que sea pronta la blasfemia de la muerte! ¡que sea pronto el hola de las olas! Sujeto al viento con la ayuda de mis miedos mordidas frías en la piel abro el tiempo en canal hilo a hilo lo disecciono ahí están las palabras que nunca surgieron los cadáveres incorruptibles de los no actos de las cobardías lloran las lágrimas piedras que caen en el alargado charco el mar herido se desgarra en el acantilado esa estrella me señala el surco que lleva a tu casa este viento que quiere romper el aire estas desnudeces que ya no caben en el armario ¡qué amplia es la soledad de la noche! Una y otra vez regresa lo que no tengo es donde te encuentro

quintín alonso méndez




No hay comentarios:

Publicar un comentario