lunes, 5 de octubre de 2015



Las ventanas cerradas del cuerpo

Pero hoy el día me cuenta una mentira
llámalo lunes cinco ponle los rizos canosos del gran otoño
el longevo el que envejece cada año
y al que cada año le crece la pereza del movimiento
el bastón de lo antiguo. No me dice nada
podría decir simple que como ayer como cada día
y está lo que no me cuenta
una ligera brisa como una broma de un instante
que se sacude las alas en el aire
un pájaro distraído clavado en el ceniciento casi transparente
azul inmóvil.
Puede ser que el dolor deja de doler si se le oculta a los ojos que pasan
o si se elude la mirada que quiere hurgar a cada golpe de la hora de diana
es como irle poniendo una piedra diaria al muro que divide o más bien separa
el hola es cosa del rodar de los dados
el adiós es cuestión de tiempo
hablo del hola que arraiga
en ese hola el adiós deja un abismo irrecuperable para el cuenco de las manos.
Un punto blanco de gaviota sobre el azul más azul del mar
solo avistado por el pescador más anciano
ciego olvidadizo las cañas caídas en el rincón de las telarañas
la barca rota en el cuarto de los trastos cerrado con candado.
Hoy el día me cuenta una mentira
no se ha muerto nadie


                                                      Quintín Alonso Méndez

1 comentario:

  1. La pena del ayer y el miedo del mañana es el ladrón que nos roba el HOY.

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