domingo, 5 de abril de 2015




poema de «Las cuerdas del violín»

LA HERIDA DE LA NOCHE


Desnudas lunas negras
azuladas por el silencio de la noche
se deslizan desde los ojos de la mujer,
resbalan por los rumores de sus pechos
y caen astillándose cristales de arena
en los carnales muslos desnudos
que gimientes se abren a la marea,
brillan mercúricas
diminutas gotas de sangre
cicatriz futura del olvido.
dos arcos de temblorosa y ciega luz
cimbrean la herida de la noche,
se mecen en las aristas de las olas.
se enreda el musgo en los labios
de las desbocadas bocas
besos desguazados en el océano
donde la lava es agua
y es agua el fuego que arde.
oscuridad adolorida aquí en lo alto
en la soledad náufraga de mi noche


                                                   Quintín Alonso Méndez





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