miércoles, 28 de mayo de 2014




La ternura a la mesa


No tiene edad este tiempo muerto
que a estas horas se rompe en lluvia y viento
navega la mirada, inmóviles sabios los árboles
que crecen ampliándose por las raíces
por los dedos de las ramas,
un silencio en cada hoja
una vuelta al mundo en cada temblor de su cuerpo
no tiene edad lo que se ha ido lejos
lo que, si vino, fue un desplegar alas
para irse más lejos
a ese lugar donde me dicen
que la luz y la tierra se confunden
con el pan en la mesa y las manos que se abrazan
tiernamente enamoradas
un año no tiene edad
en esta casa que nunca cumplió años
al tiempo

hay una casa que nace


                                                     Quintín Alonso Méndez

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