miércoles, 2 de diciembre de 2015




            Las ventanas cerradas del cuerpo 

Por el camino se acercan días en ruinas y se acercan noches con las lunas rotas
derrengados los muros de piedra     caídas las paredes de las casas viejas
ortigas y amapolas en el campo que yace muerto sobre el pasto seco de la yerba
vuelan por entre la sed de las flores las últimas abejas los últimos zumbidos del sol
una mariposa blanca viaja por el paisaje de los recuerdos     pinta hilos de plata
que la araña negra atrapa     y esparce el polen por el azul del aire sediento
las cenizas del agua    hay dentaduras fieras      colmillos afilados de lobos
en cada punta de luz que brilla en los bordes de las ausencias
un grillo recorre en la noche con sus alas de campanas lo más oscuro del templo
se tambalean las endebles columnas de papel que sustentan los versos
el frío no existe cuando ya se plantaron boca abajo todas las derrotas
existe la oquedad del frío    lóbrega tumba maciza del más incendiario inmenso frío 
las pérdidas cuelgan de los despropósitos que crecen como árboles y son desfiladeros
le pongo sitio y le pongo nombre a las cosas para sentirme acompañado


Quintín Alonso Méndez

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