martes, 18 de agosto de 2015


Escriturasfugaces

En una de las páginas del libro hay charcos/ donde las rosas
ensalitran la serenada
los pétalos son balsas que navegan
una noche en cada balsa
reman los insectos
esos pequeños y cada vez más débiles
sueños que me quedan/
ya no vuelan
han de esperar a los vientos nocturnos
abrir los esqueletos de las alas
dejar que el rumbo lo marquen las estrellas
aunque sea la oscuridad más oscura
el cielo enfebrecido de nubes gruesas
la lluvia más ciega
                                                          Quintín Alonso Méndez

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