Tiempo65
Sobre la mesa, el pan
alumbra como una vela en noche oscura. Al lado, el diario del poema, en el que
se refleja la lumbre de la oscuridad, un ratón royendo en un pedazo de queso
duro. La respiración de unas manos huesudas, pálidas como la cera debido a la
luz de la luna que entra por la ventana, abriendo el diario. Nadie más. Sombras
fantasmales deslizándose por las páginas, bendiciendo las palabras una a una,
dándoles el soplo del vuelo, la fortuna de la suerte en este mundo donde el
aire, la tierra, los mares, envenenados. Diario del poema que querrá llegar a
ti, ingenuo como infancia, para que lo resguardes y lo salves en tus vuelos,
caminos y navegaciones por el mundo
quintín alonso méndez
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