Tiempo54
Salgo a la luz y a las
sombras de las calles a buscarte,
en los lugares más
lúgubres, en terrazas abiertas al océano,
pero los miedos son
distancias que se cubren con hojarascas de silencios.
Mujer de mar, soy de
tierras abandonadas, de charcos enterrados,
eres de alas que
navegan, soy de osamenta con alas vencidas.
Regreso a casa, las manos
vacías, los sentidos latiendo,
en el diario del poema,
alada y libre, te encuentro.
Digo tu nombre y la
marea rumorea chapoteos entre las rocas
quintín alonso méndez
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