El árbol seco del camino (22)
XXII
Gotea la diamantina
miel de Venus
haciendo
gemir el azul de la noche
se acerca la
luna con la custodia de Júpiter
presienten
la derrota de lo inevitable
la desnuda
caída en el tálamo oceánico
crujen las
tiernas hojas del incendio del agua
sabes ¿por
qué lo sabes? que me duele dulce esta dulzura
de ver los
desnudos vuelos de tu vida palpitando
vienes de la
tarde encendida a la que me asomé
al oír la
inexplicable voz de lo presentido de lo incrédulo
música de
marea que siempre sonó en mi alma
ahora sé que
me miras se estremece el miedo
por una vez
siente la derrota el júbilo del poema
¡se anida en
mis manos la lujuria del sueño!
¡qué importa
que sea imposible amarte como te amo!
quintín alonso méndez
Braaavo braaavo
ResponderEliminar