martes, 5 de junio de 2018

El árbol seco del camino (17)



XVII

Al tiempo que las espesas nubes grises
le miden la altura al vuelo
graznan las gaviotas en su viaje ítaco a los acantilados
abajo el mar como lecho y guarida de los verdes y azules
griseados por el espejo del aire
deja que la brisa gris acaricie sus desnudas aguas
rescatando los acordes que un día las sirenas
desprendieron de sus labios
una tarde
pretérita o venidera
en solitario o acompañados
tú y yo recorrimos despacio la piel del deseo
esta espesura de besos descalzos caminando por la arena
y mordimos en los huesos
claramente mordimos en la carne de lo soñado

las tristezas son las trenzas de las algas que se mecen en el tiempo
dejándose llevar como cuna inacabada
por las mareas y los recuerdos

quintín alonso méndez



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