domingo, 22 de enero de 2017


La piel del verso

No sé dónde perdí el tacto de los dedos
la confluencia de la savia con la madera
el latido más íntimo de la inaccesible materia
en qué parte de la húmeda y lejana oscuridad se hundieron
donde fue el naufragio bajando por las venas de la raíz
donde ebrio me llené de olvidos del amanecer cercano
ahí fue la pérdida
donde la voz rota se hizo agua y desmayo
Aún no sé que no hay hora para el regreso
aún no sé que los sentidos se van quedando atrás
enredados en la yedra de lo más desconocido
ahogándose los recuerdos
cada vez más distante y más ajeno el tiempo
veo cómo camina la niebla por el camino
en tus ojos se dibuja la planicie de la lontananza
no veas estas lágrimas que se aferran a tu sonrisa
como el aire solitario a la piel más triste de la roca

Quintín Alonso Méndez




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