Tiempo88
Persiste el mar cubierto por gruesas
nubes que apenas si dejar caer
débiles lágrimas de agua despojadas
de la sal,
el salitre las recibe en sus labios
de sed.
Camino por orillas de tristezas, por
los surcos no abiertos,
un sol oscuro oculto en los
matorrales,
como hormigas escarbo en las grietas
del viejo árbol,
ningún verso. Ninguna huella que me
alumbre.
De vez en cuando los pasos me llevan
por la calle arbolada,
le pusimos nombre de nomeolvides,
nunca fui pájaro de buen agüero.
Niebla sobre el mar, como barco que
se aleja
quintín alonso méndez
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