Tiempo47
Cuando venga la lluvia
tendremos que pedirle
que pare,
tan abocado el hola al
adiós,
tan dispuesta la secura
al desborde,
al acecho, con sus
afiladas y frías garras de temporal,
la exterminadora
tormenta
esperando el momento oportuno
para abalanzarse sobre
la indefensa, más débil calma
Una pregunta exiliada navega por las profundidades del universo
quintín alonso méndez
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