miércoles, 19 de septiembre de 2018


El árbol seco del camino (50)


L

En el lento rodar de la noche la fugacidad no se advierte
regresa el envejecido espejo cuando amanece
es cuando una luz ajena se apodera de las cosas
apresándola en territorios y fronteras
es cárcel lo que no se libera ancla para siempre
en los ojos del marinero se divisa un horizonte sin esperanzas
la misma sal que muerde los labios deshace la arena
porque cae vertical guillotina en lo árido del presente
hubo un tiempo en que hasta la tristeza era dulce
ahora es la venganza de los complejos que ejemplares
se visten de patrias de dueños de lo verdadero
amigo -le digo al silencio eterno- vamos a dar un paseo
que sea el canto de la luz la luminosidad del pájaro
olvidemos la desagradable historia humana
que conscientemente destrozó el mundo


quintín alonso méndez






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