miércoles, 7 de junio de 2017

Canto Último

Canto VI

Está ahí la voz en el aire pero no la palpo
las corrientes que forman los silencios lo cubren todo con su capa de silencio
ensordecedor su caudal de lava fría que ahoga las corrientes eléctricas
de la voz lejana
he sacado a la noche el cuaderno de los poemas eternos
ante cualquier verso por remoto que te llegue su paladar amargo
por oscuras que te lleguen sus palabras
escritas con la sangre de la noche más oscura
muy calladamente dirás mi nombre para lo más adentro de los infiernos
pobre poeta pobre hombre
ahí anclado en el paraíso tan abundante de árboles de los que cuelgan
los frutos de la nada rojos y brillantes como la sangre del sol
pulidos y alisados por los roces que divagan por la mente
sonámbulos y con la certidumbre de las redes abandonadas en la costa
¡cómo se eleva el humo de lo que arde!
¡cómo se desmorona la torre de la luz hecha cenizas!
así es el fuego del vacío la llamarada del paisaje
un incandescente resplandor que ciega
un grito bajo el agua para que nadie lo oiga
como la voz que está ahí en el aire y no la palpo


quintín alonso méndez





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