lunes, 26 de junio de 2017


Canto Último

Canto XLVI


Oigo un grito que el bosque de las pesadillas enmudece
grito tan para adentro que desgarra la garganta
ahora no importa el tiempo que hace mientras camino sentado por casa
es en la amanecida y el amanecer no sabe por qué viene de la noche
con los zapatos puestos la camisa rota una sed sin esperanzas
cada palabra es una gota que busca su destino en el agua
pueden caer en el desierto más árido en los labios de la sed
en la única hoja de un árbol solitario
o desvanecerse en el aire
gotas de algún mar que encalló en una isla a la deriva
se esparcieron como piedras
cada una ignora la presencia de la otra
ignoran hasta su propia existencia
no saben no lo sabrán nunca que pertenecen a la geografía de tu paisaje


quintín alonso méndez


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