jueves, 26 de febrero de 2015



De «Las cuerdas del violín», libro de poemas
de la novela «Las cuerdas del violín»


Soy sumamente agradecido a las antesalas,
quien no espera nada no puede quejarse
de una noche sin luna.
Camino por la calle. En cada esquina hubo un árbol.
Ahora es el espacio de un político vacío oscuro.
En cada plaza había una partida de puertos mirando al mar,
ahora las palomas son enemigas del mundo.
Dijo el pájaro: «si solo soy pájaro de un pedazo de jardín,
¿por qué me pusieron alas
para volar lejos?»
Pronto caminaré la calle desde casa, sin caminarla.
Es masivo el cansancio,
invita a inventar el mundo. ¿Quién? Maúlla la ausencia de un gato.
Mi miedo es el mío. El otro miedo es del insomnio.
Dice la calle solitaria de las altas horas de la noche:
«hay que hurgar en la piel de la soledad,
ahí está la semilla de la vida».
Si estoy mañana, prometo escribir para no dejar de escribirte
                              

                                               Quintín Alonso Méndez



2 comentarios:

  1. Escribe querido y a mi diario no le faltará la primera hoja (y gracias).

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  2. ....mañana................................

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