sábado, 8 de junio de 2013



La luz es dolorosa
cuando feroz desciende en punta de flecha inflamada
y se hunde en la piel del alma.
Son mordeduras que desgarran
y no hay más motivos que mi vida te ama.
Porque está, más allá y más adentro de las lágrimas,
la luz de tu mirada,
la inmensa luz que ninguna oscuridad sabrá acallarla,
ni siquiera arrancarle la más delgada lámina

                                                         Quintín Alonso Méndez

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