Tiempo16
El bosque no quería arder,
retrocedió ante las
llamas,
yo iba en dirección
contraria,
ardí,
así camino ahora,
en llamas,
ardo en el frío y en el
fuego,
en el escalofrío del
infierno,
todo me duele, todo me
lastima,
hasta la lágrima de
resina del pino
que resbala
fundiéndose
con la raíz que la cobija,
ardiendo en llamas ando
con rumbo fijo hacia la
nada,
ando y ardo
ensangrentado,
como en recuerdo de niñez
antigua
entre la niebla de la
humareda,
me conmueve todo lo que
florece,
el ponerse en pie
siempre
y ardiendo empuñar la
palabra,
y aunque ya ardido,
de la lágrima
ensangrentada,
carbonizada,
renaceré en pino
y luego seré bosque
con pájaros y nidos
quintín alonso méndez
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