Tiempo6
La tristeza no
descansa, simula el sueño,
pero silenciosa afila sus
garras en las rocas áridas
de los desiertos en
sombras.
En las cumbres del día,
con las espadas enhiestas
del sol, desgarra y desmorona,
quema el aire.
La tristeza no
descansa, bulle desde los océanos interiores,
como en calmas de
mareas, pero estalla en oleajes
contra los acantilados,
desarma las alas.
Abajo, cerca de la
costa,
un pequeño pájaro
contempla el paisaje,
escucha los ladridos
del mundo, los latidos del hambre,
pronto sabrá volar y
pondrá vuelo rumbo al descubrimiento.
La tristeza no descansa,
siempre regresa al origen del agua
quintín alonso méndez
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