jueves, 28 de abril de 2022

 

Claridades 2



Estimada, deseada mujer, perdone me atreva a estos insignificantes

pero procaces renglones dirigiéndome así a usted,

a las eróticas emociones que a diario me inspira,

sea viéndola desde distancias desconocidas o en los rumores que me trae el mar,

ínfima extensión de los versos que me abundan y no sé rescatar.

No puedo ni quiero negarle las carnales imágenes que como atmósfera del aire

invaden mis silencios con frutales racimos de vívidas sensaciones,

cómo en el fluir de los días y las noches la desnudez se habita de su nombre,

y para serle más sincero, más honesto dentro de mi deshonestidad,

de la destilada miel de su cuerpo.

Aun deseándolo, no pretendo el encuentro de lo humano,

aunque lo presienta sublime,

solo agradecerle saberla y que al saberla me envíe abundancia de latidos

en mórbidos racimos de lujuria,

aunque usted no lo sepa más que por estas torpes e impulsivas palabras

que me atrevo se atrevan temblorosas y desnudas a impúdicamente llegarle

quintín alonso méndez

 


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