Cartas de un vuelo eterno (VIII)
¡oh no presencia! / aquí te sientas conmigo todas las tardes
y cada tarde -incendiándose lo que no va a estar- siempre incendiaria
contra todo poder voy creando murallas inaccesibles a lo
humano / no me faltas /
soberbio y asesino el hombre se establece –inútil- por eso
mata /
por eso doblega aniquila anula mutila / esclaviza / ¡ah detente! / soy un dios con
alas
/ vuela / no dejes que la costumbre se apropie de lo indebido
/ álzate
escóndete / pero no dejes que se mueran los nidos / árdete en
lo elegido
pero apoya la revolución: / no me mires pero mira y mírate /
despliégate
¡oh no presencia! / aquí estás siempre y ya lo sé / nunca me
viste / no estuve
pero agarra del cuello lo cotidiano / sublévate / no dejes
que se pudran los sueños
y no te preocupes / no intentes buscarme / ya es tarde / es
sol que se cae
es derrumbe / susurra el mar / vientres de presencias que no
me corresponden
alta la tristeza paseando con las gaviotas por los escombros
/ el hombre aniquila
matemos al hombre / que solo sea lo vegetal lo mineral carnal
/ la respirada esencia
matemos al hombre ¡que al fin se abra el origen del
principio! / pero no / se callan
los sabios / los poderosos dueños del nirvana / ¡adiós! que
sea adiós todo lo esclavo
una vez te vi pasar por mis enclaves perdedores / ¡me
miraste! / fue la rauda
consumación / el súbito orgasmo / tantas tardes así mirando
las tristezas
y surgiste imagen / presencia / oculta en vestiduras que no
me corresponden
¡oh no presencia! la materia sobrecogedora / milenaria / del
defraude humano
pero solo tiene materia lo ausente / la pura esencia del
gesto / lo demás es ausencia
¡oh no presencia! / aquí
te sientas conmigo todas las tardes / ¡eres tan amable!
(callo / dejo que te acerques lejana y / ya satisfecho tu noble
compromiso humano /
te vayas) / (no sé si alguna vez te llegaste y alcanzaste a
mirarme / yo te miraba)
(lo demás no importa)
quintín alonso méndez
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