El árbol seco del camino (43)
XLIII
A estas horas
-con la luna diluyéndose en el azul del amanecer-
el mecerse de la marea me trae el aroma de pensarte
la esencia del musgo que te identifica y te reconoce
las pulsaciones del vaivén entre las rocas
la solemne vida que se guarece a un lado del mundo
un cielo de mar que se abre como vuelo y como océano
en esta intimidad me desnudo a estar contigo sin miedos
a estas horas que ocupan los espacios y los astros de los
tiempos
palpo los violines de tu cuerpo que el salitre me trae en
olas de brisa
quintín alonso méndez
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