miércoles, 15 de febrero de 2017

La piel del verso


Un poema es arrancarle sin consideración una astilla
a la sangre de los sentimientos
con la ausencia de la mente ante el altar de roca de las consagraciones
solo los sentidos ante el abismo de soledad que produce el viento
este poema ha surgido por tu culpa y para mi culpa
tan noble como la mirada del perro vagabundo  que te mira
desde el otro lado de la calle / en medio el océano de las guerras
es poema de martes de catorce de febrero / un año de dioses vencidos
ha surgido del lecho del mar y ha caído fruta violácea de la estrella única
poema que no tiene palabras en la costura de las letras / solo perlas
que van trenzando montañas de recuerdos en suaves ondulaciones del paisaje
aquí sentado frente al mar
sobre la mesa dos copas una botella de un seco y blanco vino
color del oro cuando líquido se hunde en las aguas azules de los sueños
enterrado en el hielo
esperándote
el cigarro me quema los labios
pero ahora lo más importante es que el horizonte no se caiga
que sostenga por un instante la astilla en el aire
darle ese milagroso tiempo a los versos para que entonces
irrumpan en las venas / produzcan el movimiento en la sangre
de esa manera que solo las querencias saben
y surquen todos los infinitos mares que nos distancian / en un soplo
Quintín Alonso Méndez



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