lunes, 17 de marzo de 2014



16 de marzo

Hoy la soledad ocupó otra habitación
de la casa de mi vida,
qué tierna
cínica paradoja de llamarla así,
la casa de mi vida,
otra puerta de casa que se ha cerrado,
qué pequeña se me está quedando la casa,
me arrincona,
gigantesca pequeñez,
pero qué enorme en su soledad,
la casa.
No busques el camino por el que quietamente ande
a partir de ahora
no tiene sentido
no  lo busques, no tiene territorios
ni tierra firme.
Ya sé el camino más corto para morir:
ir a por la vida:
tampoco tiene sentido:
voy a coger el más largo
el que cada día sea una llaga
una herida abriéndose
a solas.

Hoy la soledad ocupa otra habitación
de la casa de mi vida,
qué tierna
solitariamente tierna
llamarla así
como si en ella
los pájaros
y las gaviotas
fabricaran nidos.

Que no se te ocurra bajar los brazos
porque el mundo no sabrá de mí
pero yo sí del mundo




                                                    Quintín Alonso Méndez

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