Versos caídos
Es un relato de mar. De costas que son noches alargadas como el silencio. De fracasos de muelles del que embarcaron incontables aventuras y en donde no atracaron más que sueños rotos, caídos, astillados como versos o como pájaros de agua, voladores.
Es un relato de mar. Con días azules, calmosos, con besos de salitre en los labios, y con días espesos, de pájaros negros picoteando las olas que estallan y crujen. Tiene orillas por donde pasea la ternura de la mano de los deseos, charcos donde nadan los colores, rincones con luna.

(Sinopsis de Versos caídos, Quintín Alonso Méndez)
Cuando pasas por la vereda de mis silencios, me asomo al atardecer y aún palpitas aún palpitas aquí dentro, como si quisieras quedarte.
Los pájaros vuelan en la oscuridad, en tu busca: te llevan los sueños, llenos de besos.
La mar vuela en la noche, cubriendo el aire de labios de sal.
Tú te quedas abierta al agua, bebiéndote las olas, pariendo estrellas.
Aún palpitas aún palpitas aquí dentro, como si fueras a quedarte
(de Versos caídos, Quintín Alonso Méndez)